martes, 6 de noviembre de 2012

Rosalia la modista.

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme, no hace mucho tiempo que nació una princesa llamada Rosalia.
Entre gacha migas, soponcios, gazpachos, guarricas, morcillicas y los días de entre semana, se honraba con su vellorí de lo mas fino y sus ganas de encaminarse hacia lo que sería su apasionante vida.
Ya desde muy pequeña, vislumbraba el mundo de una manera muy singular; pues sus pequeños pero expresivos y avivados ojos, no podían evitar ver belleza en todo lo que mirara. Su espíritu emprendedor y de lucha continua, la convirtieron, además, en una mujer fuerte y valiente que dio todo por los suyos sin dudar en ningún momento; haciendo cada cosa, hasta la más mínima e insignificante, con ese toque suyo personal, de gracia y de buen gusto que tanto la caracterizaba.
Adelantada siempre a su tiempo, creó un taller propio de moda, donde enseñó a coser y a crear a otras mujeres que disfrutaron y se deleitaron con el talento y la distinción de sus creaciones, así como de su dedicación, su amor hacia todo lo que hacía y su personalidad extremadamente perfeccionista.
La palabra "elegancia" la había elegido para obtener así su significado más puro, pues no había definición que la reflejara mejor. Ya fuera al caminar, al sonreir, al hablar, al escuchar, al observar, al cocinar e incluso al dormir siempre la acompañaba, pues en ella encontró a su más fiel amiga.
Nos encandiló con sus historias, esas que al contarlas, te hacían hasta poder oler el aroma de aquellos tiempos, de aquellos días en los que la princesa relucía, de aquel amor al que le fue fiel hasta su último día, aquel príncipe azul que la conquistó y al que enseñó el verdadero significado de la palabra lealtad y compromiso...
Cuantas batallas, cuantas tardes de no querer hacer nada más que estar en casa disfrutando de su compañía y de sus guisos, cuantos paseos por la feria cogidos todos de la mano, cuantas natillas caseras con soletilla, cuantas pelotas de relleno con sabor a felicidad, cuantas croquetas de cocido rellenas de cariño, cuantas naranjas peladas "a su manera", cuantos "corto el lápiz" alrededor suya, cuantos villancicos, cuantos aguinaldos, cuantos "miguelitos", cuantos "la abuela te lo dice porque te quiere", cuantas lágrimas llenas de recuerdos, cuantos "soy la nieta de Rosalia la modista"...

Todo ello nos hace ahora parecernos a todos un poquito más y tener algo muy especial en común, eso que pudimos saborear el día de tu despedida, ese sentimiento que desde entonces se ha adueñado de cada uno de nosotros, algo muy grande y muy especial, difícil de explicar sólo con palabras y que durará para siempre desde ahora.

Cada día que pasa me parezco más a ti, cada cosa que hago me recuerda a como tú la hacías...
La verdad que pensaba que eras inmortal, de verdad que llegué a creerlo, pero una vez más la vida se acaba para todos, incluso para los seres tan sensacionales, únicos y genuinos como tú.

Fue un honor haber hablado así contigo el día antes de tu partida.

Gracias por el mensaje que nos mandaste en la Estación de Valencia a mi hermana y a mi. Fue el momento más mágico y más real de nuestras vidas...

Te recordaremos como esa estrella cinematográfica caída desde el cielo y con estilo, mucho estilo.

Que disfrutes del Paraíso, te lo has ganado.

Hasta siempre abuelita.


lunes, 27 de agosto de 2012

viernes, 18 de mayo de 2012

Mi camino, tu camino, nuestro camino...

Aquel 29 de Julio de 1979 hacía mucho calor.
Mi madre me estaba cambiando los pañales cuando de repente sonó el teléfono con una gran noticia: habías nacido.
Dentro de mi papel de bebé, yo ponía cara como de si nada, pero una gran emoción me invadió de repente, fue entonces cuando descubrí lo que era gritar por primera vez... y no dejé de hacerlo en toda la mañana.
Desde ese momento y hasta hoy, parece que la vida nos puso cerca por muchos motivos, demasiados y lo mejor es que todavía no los conocemos todos.

Hemos crecido juntos, jugado, babeado y berreado, descubierto un sinfín de cosas, experimentado, soñado, reído, llorado, has estado a mi lado en los momentos más importantes de mi vida, incluso horas antes de que ocurrieran, una vocecilla me avisaba de que tenía que llamarte para que vinieras y así sucedía, hemos filosofeado de esa manera que tanto nos gusta, hemos cantado a pleno pulmón con lágrimas en los ojos, hemos tenído amores y amigos en común, hemos bailado como locos tomando un café a primera hora de la mañana en bares de Madrid al escuchar nuestra canción preferida, hemos mirado juntos al cielo en nuestra plaza favorita de Barcelona, hemos hablado con las estrellas, hemos estado en silencio, hemos entendido que la vida es mucho más de lo que nuestros ojos pueden llegar a ver, hemos decidido que esa es de la manera que queremos seguir viviendo...

Porque tú y yo sabemos que la magia existe, porque siempre, de una manera u otra lo hemos sabido, porque entendemos el significado de la palabra "vivir", porque creemos en el término "puedo", porque nuestro corazón cada vez nos habla mas alto y mas claro y hemos aprendido a escucharle y a saber que nunca nos fallará, pues jamás lo ha hecho hasta ahora, porque vida solo hay una o por lo menos que recordemos, porque nos hemos dado cuenta de que el tiempo pasa rápido, porque sabemos perfectamente lo que es perderlo, porque hay mucho por hacer y mucho todavía por descubrir, porque así será y porque además, lo mejor esta por llegar...

Ha sido un honor y un placer acompañarte en tu viaje, seguiré haciéndolo en todos los que te quedan y recuerda no dejar nunca de buscar a "Los Diminutos", cada vez estamos más cerca de encontrarlos.
Te quiero siempre.