Después de más de ocho meses en Londres, todavía no tengo claro si los ingleses hacen todo al revés por llevar la contraria, o es que simplemente su cerebro no se compone de la misma materia que la del resto de los mortales. Después de ocho meses, todavía tengo días en los que creo que estoy bastante adaptada y otros en los que sencillamente siento que nunca podré hacerlo.
Podríamos empezar, por empezar por algo, por su gastronomía en general; por ejemplo que te pongan las tan conocidas “fries”, (véase patatas fritas), hasta en la sopa, (y no es precisamente una manera de hablar), que pidas una ensalada y te venga con un trozo de mantequilla o un pegote de mayonesa “on the top", o que el kétchup y siete diferentes tipos de salsas sustituyan lo que viene a ser un simple convoy con aceite, vinagre, pimienta y sal, (el secreto está en seguir ignorándolo o tomarlo como una curiosa decoración que han dejado sobre tu mesa).
Que los carriles vayan en dirección opuesta a lo que siempre has estado acostumbrado, (y por ello estar al límite de que te atropellen varias veces al día), que en vez de un grifo, para regular el agua fría y caliente, tengan dos, uno para cada uno, y por lo tanto te achicharres o te congeles las manos, los dientes, o en el peor de los casos el ingenio. Que vayan a tu lado en el metro devorando una hamburguesa completa con alitas y helado incluido, que hasta en las Farmacias vendan gelatina y crema de cacahuete, que cenen a las 7pm y encima piensen que se les ha hecho tarde, que digan “sorry” tres mil quinientas veces por día y “thank you” otras nueve mil cuatrocientas cuarenta y sin embargo te miren raro si les saludas o te despides al entrar o salir del mismo ascensor, que te pregunten “¿how are you?” o “¿you’re right?” y les tengas que contestar con la misma frase, que estén permanentemente hablando del tiempo o de la próxima huelga en el metro, que frunzan el ceño los días de sol porque no están acostumbrados a tanta luz natural, que no sepan lo que es un bidé, que en vez de un interruptor para encender la luz del baño haya una cuerda tipo cisterna…
Todo ello por no mencionar que en pleno verano no pongan aire acondicionado en el metro y la calefacción continúe funcionando en el bus porque no cayeron en poner un sistema que pudiera activarla o desactivarla, que para ver la tele tengas que pagar un permiso que se renueva cada año, que el transporte público sea el más caro de toda Europa y no haya día que no cierren alguna línea, o lo de la moqueta, puesto que no pretendo aburriros...
¿La parte buena o divertida? pues quizás que ahora he incorporado nuevas palabras en spanglish a mi vocabulario; restartar la computadora, loguearte en cualquier chat o bukear un vuelo!